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Normas de Castellón

DENOMINACIÓN: NORMAS DE CASTELLÓN / NORMES DE CASTELLÓ.Salto de línea Salto de línea LOCALIZACIÓN: Comunitat Valenciana.

La lengua propia es la más alta manifestación de la personalidad de un pueblo. A lo largo de los siglos, los valencianos y valencianas se han convertido en depositarios de la herencia de una lengua con una grandeza literaria que, como vehículo de pensamiento, educación y comunicación, está en constante evolución y se enriquece gracias al uso y la fidelidad de sus hablantes. Como resultado de este compromiso, el valenciano constituye el patrimonio lingüístico colectivo que nos caracteriza y hermana.

Este es el espíritu que movió a las entidades y personalidades más representativas del mundo cultural valenciano de comienzos del siglo XX a forjar un acuerdo con el objetivo de establecer unas bases para la unificación ortográfica del valenciano. En los meses anteriores y posteriores a la fecha del 21 de diciembre del 1932, escritores, enseñantes, gramáticos, eruditos, empresarios y representantes políticos, junto a varias instituciones y asociaciones cívicas, pusieron en marcha un proceso al que se sumaron diferentes voluntades y sensibilidades culturales e ideológicas en la consecución de un acuerdo lingüístico histórico. Las asociaciones eran las siguientes: Societat Castellonenca de Cultura, Centre de Cultura Valenciana, Seminari de Filologia de la Universitat de València, Lo Rat Penat, Unió Valencianista, Agrupació Valencianista Republicana, Centre d’Actuació Valencianista, Agrupació Valencianista Escolar, Centre Valencianista d’Alcoi, Centre Valencianista de Bocairent, Centre Valencianista de Cocentaina, Joventut Valencianista Republicana de Manises, Editorial L’Estel y el Setmanari El Camí. También Gaetà Huguet, uno de los firmantes, presentaba el acontecimiento –sin duda, histórico, quizá uno de los más trascendentes del primer tercio del siglo XX valenciano– como el impulso que habría de llevar a unir las organizaciones políticas para conseguir el Estatuto de Autonomía.

Este acuerdo ortográfico constituía una respuesta a la necesidad de unidad y coherencia de la normativa lingüística para los nuevos retos que se planteaban al valenciano derivados de la necesidad de adaptarse a nuevos usos y registros en el seno de una sociedad moderna que, en el primer tercio del siglo xx, experimentaba unas transformaciones decisivas vinculadas a la extensión de la educación y la alfabetización, y a la edición y a la comunicación oral y escrita en todos los ámbitos.

Más allá de la dimensión estrictamente lingüística y filológica, las Normes de Castelló han desarrollado con el tiempo un valor histórico y sociolingüístico. Así, las Normes de Castelló se presentan como fruto del consenso social, elemento importante en todos los procesos culturales que impulsan el progreso humano. En consecuencia, son percibidas como expresión de estima y fidelidad al valenciano, de un uso consciente y tolerante de la lengua que se renueva y transmite de generación en generación como signo de identidad y de vertebración de la sociedad valenciana. Sin el soporte de las Normes de Castelló no hubiera sido posible la producción lingüística de la sociedad valenciana en todos los ámbitos de la comunicación y la creatividad, ya que gracias a la codificación nuestra lengua pudo hacer la travesía de la dictadura sin caer en un proceso de degradación interna.

La instauración de la democracia y la recuperación del autogobierno del pueblo valenciano a través del Estatuto de Autonomía, la legislación de desarrollo, la práctica institucional y la creación de una entidad de referencia normativa para el valenciano, han permitido que el acuerdo cívico y el consenso social plasmado en las Normes de Castelló tuviera también un reconocimiento jurídico. Así, el Dictamen del Consell Valencià de Cultura sobre la situación social del valenciano y su uso (aprobado el 13.07.1998), que forma parte de la Ley 7/1998, de 16 de septiembre, de la Generalitat Valenciana, de creación de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, dice: «Las renombradas Normes de Castelló son un hecho histórico que constituyeron y constituyen un consenso necesario. El Consell Valencià de Cultura reivindica el espíritu del acuerdo que las hizo posibles en el año 32 y entiende que esas normas han sido el punto de partida, compartido por los valencianos, para la normativización consolidada de nuestra lengua propia.

La denominación Normes de Castelló está documentada y extendida desde hace décadas en la sociedad valenciana, y en los ámbitos especializados y profesionales de los estudios filológicos, literarios y de historia cultural. Este nombre subraya la importancia de la capital de la Plana y las comarcas valencianas septentrionales en el proceso de consenso que fructificó en la modernización de la normativa de la lengua, y también refleja el compromiso de personalidades y entidades castellonenses en la memoria, la vigencia y la pervivencia del valenciano.

El acuerdo social plasmado en las Normes de Castelló permitió generar consensos asociados a la promoción del valenciano y a su transmisión durante la Segunda República en los periódicos y en las revistas especializadas y generalistas, en la producción literaria en todos los géneros, en la mejora de los usos lingüísticos del teatro popular o en las actividades escolares. Las Normes de Castelló continuarán siendo un punto de referencia para la cultura valenciana durante el franquismo, un contexto adverso de discriminación social y legal, a pesar de que varios sectores de la sociedad civil renovaran su fidelidad a la lengua con el objetivo de mantenerla e incorporarla a las diversas esferas de la vida social colectiva.

Elementos muebles: como se ha indicado, se conserva un mecanoscrito de ocho páginas titulado «Bases para la unificación de la ortografía valenciana». Se trata de un borrador mecanografiado de las normas hecho por Lluís Revest Corzo, que envió a Joaquim Reig Rodríguez. Aunque no se trata de la redacción definitiva de las normas, que es la que aparecía con posterioridad en las diversas publicaciones mencionadas (Anales del Centro de Cultura Valenciana, Boletín de la Sociedad Castellonense de Cultura, edición del Ayuntamiento de Valencia, Vocabulari ortogràfic valencià y Almanaque de Las Provincias), este mecanoscrito tiene un alto valor simbólico por el hecho de que es el único documento que se conserva que contiene parte de las firmas de adhesión de las personalidades y entidades que suscribieron el acuerdo ortográfico. El mecanoscrito original se conserva en la Biblioteca Valenciana, que la ha digitalizado y permite la consulta con acceso libre a través de la página web de la Biblioteca Valenciana Digital. Por su parte, la Acadèmia Valenciana de la Llengua hizo una reproducción facsímil en el año 2002, con motivo del setenta aniversario de las Normes de Castelló.

Documentals. Les Normes de Castello

LEGISLACIÓN Y RECURSOS

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FONDOS BIBLIOGRÁFICOS

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