Ud está aquí:
  1. Presentación
  2. PCI CC.AA.
  3. La Rioja
  4. Patrimonio cultural del Milagro del Ahorcado y del gallo y la gallina de Santo Domingo de la Calzada

Volver

Patrimonio cultural del Milagro del Ahorcado y del gallo y la gallina de Santo Domingo de la Calzada

DENOMINACIÓN: EL MILAGRO DEL AHORCADO Y DEL GALLO Y LA GALLINA DE SANTO DOMINGO DE LA CALZADA.Salto de línea Salto de línea LOCALIZACIÓN: Santo Domingo de la Calzada, La Rioja, España. Dado que esta manifestación cultural tiene una referencia física, al estar ubicados el gallo y la gallina en el gallinero que existe en la Catedral del Salvador de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja) , se significa como elemento singular vinculado al patrimonio inmaterial dentro de la consideración de Bien de Interés Cultural de la catedral.

El patrimonio cultural del milagro del ahorcado y del gallo y la gallina de Santo Domingo de la Calzada tiene tres líneas de desarrollo interrelacionadas que conviene señalar: una de carácter narrativo, otra de tipo paremiológico y una última perteneciente al ámbito de lo zoológico con implicaciones arquitectónicas y etnográficas.

1) La primera -y principal de dichas líneas- es la propia leyenda que se mencionaba en la exposición de motivos. En ella, y gracias al eclecticismo propio de la cultura popular, potenciado por el espacio de intercambio que constituyó desde antiguo el Camino de Santiago, se entremezclan motivos de diversa índole para construir una narración muy particular de un milagro recurrente en diversas fuentes medievales. Se reproduce a continuación la versión que ofrece de la historia Arturo Calvo Espiga, en las páginas 142-143 de su obra 'Santo Domingo de la Calzada, ingeniero y guía en el Camino':

'Cuenta la tradición que a finales del siglo XIII o principios del XIV (López de Silanes 1085, 162) llegaron a Santo Domingo de la Calzada, procedentes de Centroeuropa con dirección a Santiago de Compostela, tres peregrinos: matrimonio y un hijo, entre joven y adolescente, muy bien parecido. Llegados a la ciudad calceatense y después de la ansiada visita, como verdaderos peregrinos, a la tumba del Santo, como indicaba y urgía el Códex Calixtinus, posaron el cansancio de su andadura en uno de los abundantes mesones del lugar. Circunstancia que desvela la holgada posición económica de los fieles caminantes. No podían, sin embargo, imaginar en la seguridad que despedía el calor del fogón posadero que con los primeros destellos del amanecer, el reposo despertaría en pesadilla. Topáronse en él con una bella doncella, hija de los mesoneros, de mejor parecer que recato, que, nada más ver a los huéspedes, comenzó a urdir en su corazón cómo barajar la inocente y casta apariencia del joven Hugonell que, al parecer, tal era el nombre del rubio teutón. Empujada por tan ardiente pasión, declaró al joven peregrino, con el mayor abandono de toda pudicia y honestidad, su amor y deseos. Pero, el desenmascarado descaro de la rapaz fue totalmente ignorado por la virtuosa sensatez del joven, despreciando varias veces, a pesar de lágrimas y ruegos, la lasciva propuesta. Y el despecho de la moza deshizo su coraje en criminal estratagema: determinó esconder en el zurrón del inocente peregrino una taza de plata del mesón.

Todavía sin romper el alba, padres e hijo, satisfechos en su devoción por la cercanía de Domingo y orgulloso el joven por el triunfo y reciedumbre de su virtud, reanudaron su peregrinaje y, cuando ya los supuso fuera de la ciudad, consumó la impúdica y libertina moza su infame traición: comenzó a gritar, acusando de robo al casi todavía adolescente peregrino.

Movilizados vecinos y autoridades y reconocidos los peregrinos en el ya no, para ellos, sereno despuntar del día, encontraron, como gritara la aviesa despechada, la pieza de plata en el equipaje del mozo. Detención, juicio y ejecución de sentencia, mediante ahorcamiento, no se hicieron esperar pues, entonces como ahora, la injusticia siempre aparenta rigor y fuerza con el débil, allanándose, servil, ante el rico y los poderosos. Y estuvieron los oídos de la justicia más cerrados a las proclamas y súplicas del inocente que lo que sordos habían sido los de la virtud a la insidia del vicio. Desconsolados quienes días antes se habían arrodillado, junto a su hijo, en el sepulcro del Santo buscando el auxilio peregrino de su mano protectora, antes de continuar la ofrecida peregrinación, convertida en desconsolada soledad, acudieron a dar su último y definitivo adiós al hijo que todavía pendía del patíbulo, para escarmiento de malhechores y delincuentes. Pero, el penoso desconsuelo se trocó en incontenible dicha cuando el injustamente ajusticiado les habló instándoles a acudir a las autoridades, pues el glorioso Santo Domingo, sosteniéndolo por los pies, había impedido su muerte.

Con la nueva y la sorpresa, acudieron ante quien ejercía la jurisdicción en aquella merindad que , una vez enterado del extraordinario relato, les espetó, entre incrédulo, irónico y sarcástico, que su hijo estaba tan vivo como aquellas aves bien asadas de las que se disponía a dar buena cuenta. Y, antes de que terminara su frase, las aves se revistieron de plumas, de un salto abandonaron la fuente del festín y, ante la sorpresa de comensales y curiosos, por el suceso, se pusieron a cantar.

Las aves fueron llevadas a la Catedral en solemne recuerdo del acontecimiento, los peregrinos continuaron su camino hacia la tumba del Apóstol y durante muchos años quienes ejercían la función judicial en la ciudad de Santo Domingo de la Calzada debían llevar un cinturón rojo como recuerdo imperecedero de la injusticia obrada por aquel magistrado del milagro y, del mismo modo, debía sentar todos los días a un peregrino o a un pobre a su mesa, como perenne testimonio de la protección que el Santo seguía procurando sobre quienes, inermes y humildes, se acogen a su patrocinio. Y a partir de aquel suceso quienes, caminaban hacia Santiago consideraron siempre positivo augurio de feliz peregrinaje el contacto con el milagro. Por ello pugnaban por conseguir alguna de las plumas, desprendidas del gallinero catedralicio entre cantos de aleteo y cacareos madrugadores, que, orgullosos, colocaban en sus sombreros. Mudo e incontestable testimonio de esta práctica y devoción seculares siguen siendo hoy las profundas mellas producidas en la piedra del monumental gallinero por el continuo roce de palos y bastones de peregrinos que espantaban a las aves para que del provocado sobresalto también cayeran plumas protectoras'.

Nos hallamos, pues, ante una peculiar narración que pronto caló en la idiosincrasia cultural de la población, independientemente de que podamos encontrar una versión muy similar a la misma en la localidad portuguesa de Barcelos, cuyas derivaciones culturales han seguido otros derroteros que los que aquí expondremos a continuación. Tanto llegó a ser un aspecto definitorio de la localidad.

2) La segunda de las líneas de desarrollo de este patrimonio cultural inmaterial, es la dimensión paremiológica que alcanza la difusión de la leyenda en el imaginario colectivo de la localidad que le sirve de marco.

Casi como un epítome de la leyenda anteriormente referida, podemos contar con la existencia del conocido refrán: 'Santo Domingo de la Calzada, donde cantó la gallina después de asada'.

3) En tercer lugar, el patrimonio cultural del milagro del ahorcado y del gallo y la gallina de Santo Domingo de la Calzada presenta una curiosa dimensión zoológica, arquitectónica y etnográfica gracias a la inusual presencia de un gallinero situado en la propia Catedral de El Salvador, en el que a una altura elevada sobre una puerta se custodian un gallo y una gallina de color blanco. Este gallinero, ricamente adornado, fue construido en el siglo XV y está acompañado en su parte inferior de una tabla de Alonso Gallego (s. XVI) que representa el milagro.

El milagro del gallo, Año Jubilar Calceatense en Santo Domingo de la Calzada

LEGISLACIÓN Y RECURSOS

Línea horizontal
  • Decreto 27/2014, de 27 de junio, por el que se declara Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial del patrimonio cultural del milagro del ahorcado y del gallo y la gallina de Santo Domingo de la Calzada Nueva ventana
  • Comunidades portadoras:

- La población e instituciones de Santo Domingo de la Calzada que perpetúan la tradición del bien de interés cultural inmaterial.

FONDOS BIBLIOGRÁFICOS

Línea horizontal
  • ENCINAR, M. R.: "Heráldica municipal de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja)(Fin)". En Hidalguía: la revista de genealogía, nobleza y armas, (333), 2009, 187-218.
  • ESCOHOTADO, J. P.: "Otra vuelta sobre el milagro del gallo y de la gallina". En Berceo, (150), 2006, 233-236.
  • ESCOHOTADO, J. P.: "El doble portento del gallo y la gallina". En Belezos: Revista de cultura popular y tradiciones de La Rioja, (10), 2009, 29-35.
  • LIZAGARRA, M. A., & LIZAGARRA, R. A.: "Donde cantó la leyenda". En Belezos: Revista de cultura popular y tradiciones de La Rioja, (45), 2021, 78-85.
  • SALGADO, L. M. C.: "El milagro del gallo y la gallina en la literatura popular europea del siglo XVI". In Literatura y Milagro en Santo Domingo: Jornadas" El milagro del gallo y la gallina, patrimonio cultura, santo Domingo de la Calzada, 3 y 4 de Diciembre de 2002 (pp. 13-28). Instituto de Estudios Riojanos.
Subir