DENOMINACIÓN: LA EMBARCACIÓN DE LA VIRGEN DE ALARILLA DE FUENTIDUEÑA DE TAJO.Salto de línea Salto de línea LOCALIZACIÓN: Fuentidueña de Tajo. Comunidad de Madrid.
La Embarcación de la Virgen de Alarilla de Fuentidueña de Tajo constituye una festividad singular con elementos que la configuran como un Hecho Cultural. Se trata de una procesión fluvial en la que la Virgen de Alarilla, en una barcaza conformada como las antiguas barcas de maroma, desciende por el Tajo más de 800 m acompañada de sus devotos, precedida por unos nadadores que portan antorchas e iluminan el camino y escoltada por cientos de personas que nadan tras ella.
Esta procesión se ha venido celebrando desde el 8 de septiembre de 1866 hasta 2019, dejando de celebrarse en 2020 a causa de la pandemia de COVID-19 y retornando en 2021 de manera adaptada a las circunstancias sanitarias. No se trata solo de una fiesta, sino de la expresión de la devoción colectiva y el fervor a su imagen por parte del pueblo de Fuentidueña de Tajo.
Se tiene constancia del culto a la Virgen de Alarilla, a través de las Relaciones Topográficas de Felipe II, donde se relaciona la ermita con la misma advocación en la segunda mitad del s. XVI. En el contexto histórico de la celebración, cabe destacar la relación entre el río, los puentes y la procesión de la Virgen. En el siglo XVI se cruzaba el río Tajo de dos formas: por un puente de madera estable dedicado al paso de ganado de la Mesta y a través de un puente de barca. Este último se utilizó probablemente para el paso habitual de personas hasta mediados del siglo XIX, cuando se construyó el primer puente de hierro en 1842.
En 1866 se produjo un hecho histórico que marcó un cambio en la celebración de las fiestas patronales de esta población. El General Prim, tras su fracaso de derrocar al gobierno monárquico de Isabel II en Madrid, en su huida junto a sus tropas perseguidas, pasa por Fuentidueña de Tajo, donde ordena cortar el puente, incomunicando así su ejército con las columnas de O’Donnell. Para los habitantes de Fuentidueña de Tajo, esta circunstancia histórica explica el porqué de la “embarcación”. Al destruir el general el puente, se verían obligados a cruzar la imagen de la Virgen de Alarilla por el río en una barca de maroma. Hasta 1876 no volvió a haber un puente en ese paso del río, pero para entonces la tradición del cruce en barca de la Virgen estaba más que arraigada.
El sábado anterior al segundo domingo de septiembre, la Virgen de Alarilla recorre un itinerario procesional en carroza, acompañada por autoridades, su Corte de Honor y los devotos, desde la Iglesia Parroquial de San Andrés hasta el llamado “puente viejo”. Esta procesión se desarrolla según modelos tradicionales y mantiene un ritmo lento, como muestra de respeto y recogimiento.
Cuando la carroza llega al puente viejo, se traslada a una peana con andas lo que supone el paso de la fiesta, de una fase más solemne y ritualizada a otra más lúdica en la que se produce un cierto relajamiento de los participantes. Otras personas distintas de las anteriores pasan a llevar las andas, algunas como acto de promesa a la Virgen, sobre todo hombres y jóvenes que van cambiando el ritmo, más ligero y rápido, para subir las cuestas hasta llegar a la ermita. Mientras, los demás vecinos preparan la comida campestre en torno a la ermita.
La vuelta de la ermita por la noche se realiza con antorchas en la mano, siendo esta vez las mujeres quienes bajan la Virgen hasta el puente nuevo. A partir de este momento entramos en una fase nueva del recorrido de la procesión: la colocación de la imagen en andas de la Virgen ante la embarcación que la espera sobre el río Tajo y la continuación de la procesión por su recorrido fluvial. El paso de la peana a la embarcación es presenciado con antorchas por una multitud de vecinos y visitantes foráneos; nadadores del Club de Piragüismo e integrantes de peñas vecinales.
Después de recorrer 800 metros río abajo, la embarcación vuelve al puente viejo, en el lugar llamado “la pradera”. Allí la Virgen es trasladada del embarcadero a una carroza para continuar por el puente viejo su recorrido procesional hasta volver a la iglesia del pueblo. Durante este recorrido, la procesión vuelve a recuperar los valores rituales de solemnidad y compostura, dejado la algarabía del momento de la embarcación. Al día siguiente, el domingo, se realiza una misa a las 12:00 horas, y la procesión sale de la iglesia en su carroza de noche con solemnidad. Finalmente, el lunes se celebra la misa de difuntos, un ritual relacionado directamente con la hermandad, como el colofón de un tiempo de fiesta en la que la hermandad y el ayuntamiento unen sus esfuerzos para realizar esta festividad.
La Embarcación de la Virgen de Alarilla es ejemplo de las tradiciones vivas en la Comunidad de Madrid, en el que concurren usos sociales, artes del espectáculo, tradiciones orales, rituales, actos festivos y prácticas artesanales directamente relacionadas con la Fiesta. El descenso de la barca con la Virgen en lo más alto puede ser visto como un espacio escénico donde confluyen luces, sonidos, requiebros a la Virgen, cantos y coreografías acuáticas que los miembros de una Peña local ejecutan delante de la barca durante el trayecto.
LEGISLACIÓN Y RECURSOS
- El desarrollo escénico de la festividad, trasciende lo puramente estético y se transforma en un ritual participativo de acompañamiento y de refuerzo de la cohesión social y la identidad de Fuentidueña. La colaboración vecinal, a través de la Hermandad, la Comisión de Festejos o incluso a título personal, son la base de la organización y preparación de la fiesta, indispensables en la preservación y disfrute de su Patrimonio Cultural.